1. Supervivencia

El 16 de diciembre de 2018, luego de que se me detectara una arritmia cardíaca, tuve un síncope. Lo recuerdo con total claridad, el momento preciso del día, la forma en que la luz de sol ingresaba por la ventana, el clima caluroso y, hasta el tecnicismo médico una vez llegado a la guardia: síncope neuromediado, síncope vasovagal.

Una arritmia es un temblor errático del corazón y un síncope, una muerte.

Ese mismo día quedé internado en unidad coronaria durante 12 horas. Por la mañana, el alta sanatorial fue indicada por la cardióloga, luego de los estudios correspondientes y del chequeo médico de rutina.
“No presenta nuevos episodios de arritmia por telemetría.” “Se dan pautas de alarma”, establecía el informe médico. Pero en ningún lugar decía que el síncope había sido una muerte.
Mi supervivencia nada tuvo de heroico ni de extravagante, fue simplemente un acto burocrático del cuerpo, una reacción biológica a un impulso farmacológico cuando las pulsaciones llegaron a cero y el pitido continuo paralizó la atención de la sala de guardia del Anchorena.
Pero para mí, lo supe tiempo más tarde, sí tuvo una dimensión épica inconmensurable. Lo supe por el temor que me quedó en el cuerpo y por el permanente chequeo consciente de que el corazón siguiera latiendo, cuando dormía, cuando corría, cuando me agitaba.
Unos días después, escribí un poema épico. Siempre me gustó esa condición augusta y helénica de la poesía, su lustre trágico y extemporáneo.

2.Instrucciones para mirar una placa de tórax

1. Construir una mirada impropia. Eso que está allí es absolutamente mío, menos su imagen

2. Aguzar la atención al compás del ritmo cardíaco. Estas imágenes sólo se ven en el intervalo de ese cadencia.

3. Sumergir el ojo en el juego de luces y sombras. No hay allí órganos ni vértebras, sino luciérnagas que vierten energía en el caudal sanguíneo.

4. Restituir la condición geográfica del acto de ver. Un cuerpo por dentro es una cartografía fabulosamente inabarcable.

5. Despojar la mirada de todo conocimiento previo del cuerpo humano. El interior corporal no es una estandarización, es materia puramente animal, plasma primitivo, una tundra arcaica.

6. Trazar un recorrido visual a contramano. El fulgor del cuerpo no está en lo reconocible, sino en sus destellos, en sus ramificaciones, en su contenido arbóreo: su metal-mecánica.

7. Asignar un color que facilite la interpretación. En este caso, el blanco remite al hueso, el negro a la profundidad respiratoria y el fucsia a la energía circundante que expide mi interior, o, en otras palabras, su espíritu.




¿luego del esfuerzo en respiración?
¡Válgame extensión!
Iza la imagen de mi
Deber (de) memoria
Y dar palabra a lo inabarcable
Un testimonio oceánico, lunar
lunar, más bien,
Puesto que así retorna,
Como eterno y como lumbre
Nocturno e involuntario
Espectro (a) diario

Remito a mí
La distancia entre lo que
Un cuerpo puede y lo que abisma
Ved mi conciencia medular.
La finitud hecha carne.

(…)

¡Oh! Mástil Augusto,
Encadena esta cavidad y
Sé ventrículo,
Despeja el sudor
E invierte en mi deuda,
Seré lo que me opongas

(….)

Podré relucir, por fin, una marca,
producto de un infarto diurno,
como mera responsabilidad
y será pues,
la memoria de mi bastilla,
mi momento jacobino,
el gesto abierto de un amor incondicional
y la épica
de una sobrevida obligada.
Sin más,
Aún vivo.
3. La hospitalidad y el derrumbe

El cardiólogo hablaba con voz experta. Recuerdo que decía palabras como trombosis u obstrucción, como si fueran parte de una naturaleza hospitalaria.

(Ahora que pienso en esa naturaleza hospitalaria, veo que puede tener una doble acepción: por un lado, una referencia propia de la institución hospital; pero también hospitalaria, como un ethos del cardiólogue, la hospitalidad como actitud para recomponer la vitalidad de quien sufre o padece una vulneración).

Ese pensamiento sobre la hospitalidad se transformó rápidamente en una laguna. Un derrumbe.
Me desvanecí y pensé en lo frágil que es todo el equilibrio vital.

A partir de entonces, la experiencia de internación se redujo a un sinfín de imágenes.

Entre ellas, recuerdo la espera, de quien deambula por un territorito que conoce, pero de una manera inexplicable, un conocimiento que escapa al don de la mirada: el interior de un cuerpo.

(Ahora que pienso en ese conocimiento, puedo ver que me asemejo a un/x atleta o a un/x deportista, a un/x escalador/x.
¿Quién sino ellxs han entrenado esa mirada sobre lo interno? ¿Quién sino un/x escalador/x, un/x atleta, un/x nadador/x de aguas abiertas, conoce con tal rigurosidad su respiración, sus pulsaciones, su ritmo cardíaco, la extensión de sus arterias y venas, el ciclo de la deglución y la excreción, la inhalación y la exhalación?)

Me pregunto cuánto bombea el corazón de un/x atleta.

(explorar esta pregunta. Ver Variaciones sobre el cuerpo de Michel Serres)

El eje de lo interior y lo exterior como preocupación recurrente de la práctica de la cirugía
Descripción mecánica del corazón
Definición de arritmia. Describir tratamientos, especialmente el que casi me practican
(descarga eléctrica para resetear)


La vida después

Tengo una sensación recurrente de aquel episodio. Desde entonces, cada vez que me acuesto, me aparece una señal de alerta ante cada latido del corazón.
La reanimación
Siento una fuerte presión en el pecho, que se repite una y otra vez, como si siguiese un patrón. Registro unas poderosas manos aplastando mi tórax.
Abro los ojos.
4. Tres años antes había estado allí parado junto al cuerpo agónico de mi abuelo paterno. Una figura sublime en mi vida. Había decidido acompañarlo en una de sus noches de su internación.
Me quedaría a dormir y lo haría en un sillón tan discreto como incómodo, ubicado frente a su cama.

Me acuerdo que le costó mucho conciliar el sueño profundo. Parecía agobiado por una eterna vigilia. Tanto como a mí, tal vez, reconociendo lo inevitable de esa proximidad de muerte.
Recuerdo la sensación al tocar su piel, cada vez que precisaba algún gesto de tranquilidad. Tocar esa superficie corporal, tan elástica como frágil, me permitía conectar con su estado agónico.
Sentía su suspiro.

Recuerdo ese contacto con mi abuelo y pienso que no tuve esa suerte con mis abuelos maternos. Para mi, sus muertes fueron una palabra entrecortada que salió de la voz de mi madre. Una palabra y un dejar de ir a Villa del Parque.
no imagen y texto indicando

no caer en la literalidad

cómo funciona un corazón (humano y no humano)
que hace el corazón con determinadas emociones

medicina china (lo frio - pulmón-, lo caliente - caliente-). como la medicina china mira el corazón

estado emocional en relaciòn al corazon

llevar una conciencia a algo que anda solo (profundizar)

miedo terrible a que deje de funcionar

descarga eléctrica

incluir imágenes de medicina,

ritmos, tiempos del corazón

una lista de las cosas que me hacen pensar en el corazón

ampliar la tercer radiografía

soplos del corazón

Mariana Enríquez "donde estas corazón" (los peligros de fumar en la cama)

conocer la relación con el corazón

mirada objetiva











Breve historia del corazón y de los conocimientos cardiológicos

¿Qué es lo que hace del corazón un órgano tan especial para que tenga vigencia hablar hoy de él en términos similares a como lo hacíamos en la Edad Media? ¿Por qué el lenguaje cotidiano está plagado de expresiones que tienen que ver con él? ¿A qué se debe que el primer trasplante de corazón se viviera colectivamente, junto con la llegada del ser humano a la Luna, como uno de los mayores acontecimientos científicos y sociales del siglo xx? ¿Por qué se percibe socialmente que, frente a otras áreas de la medicina, ha sido en el tratamiento de las enfermedades cardíacas donde se han producido los mayores avances?

la historia del corazón es tan rica y está tan inextricablemente unida a la de la cardiología

Los científicos del siglo xviii —considerados actualmente pioneros en el estudio de la fisiología cardiovascular—

1. La centralidad de lo cardíaco

¿Qué hace de lo cardíaco un tema central de nuestra emotividad y expresividad? La pregunta, como un pequeño caballo de Troya, lleva incluida su propia respuesta. El simbolista Juan Eduardo Cirlot señala que precisamente la idea de la centralidad es uno de los atributos más importantes y antiguos de lo cardíaco. ituado en el medio del eje
cerebro-corazón-sexo

(el valor de la centralidad y del centro como atributo universal y occidental?) (n el legado aristotélico recogido por los árabes, donde están presentes no sólo la metáfora del corazón como centro, sino también la del corazón como habitáculo del alma y del entendimiento)

en la momificación ritual de los cadáveres realizada en el antiguo Egipto, el único órgano que se preservaba era el corazón, centro necesario para el cuerpo en la eternidad

«Sin duda alguna está en el centro y no hay dificultad en que sea el que yo busco, sobre todo considerando la excelencia de su posición, la elegancia de su forma, la dureza de su carne y la envoltura que lo protege, distinta de la de los otros órganos que conozco»

en la tradición del islam, el corazón ha sido considerado un órgano sensorial, un tercer ojo, sensible a las emociones y que permite reconocer las tonalidades anímicas de
las personas

2. la circulación de la sangre

muchos trastornos cardiovasculares son, efectivamente, problemas de tráfico (arterias / circulación del transito)

Fue Andrea Cisalpino, un anatomista de la escuela de Padua, el primero en emplear el término circulación en 1571 para referirse al movimiento de la sangre dentro de un circuito anatómico. Fue en su obra Quaestionarum Peripateticarum, que se puede traducir con el sugestivo título de Preguntas para hacerse mientras conversamos paseando, algo por cierto muy saludable tanto para la circulación sanguínea como
para la del tráfico.
Sin embargo, no hace falta ser un erudito para caer en la cuenta de que la palabra circulación deriva de círculo. Ése es el quid para entender a Cisalpino. La búsqueda de una solución circular fue algo extremadamente común en la ciencia del Renacimiento que a él le tocó vivir. (se sigue bajo el influjo de aristoteles)

La sangre se generaba en el hígado (un órgano que, por cierto, compite antropológicamente con el corazón como asiento de la vitalidad) y llegaba al corazón, donde se fundía con el aire aportado por los pulmones para crear el pneuma vital (el aliento racional que en la filosofía estoica informa y ordena el universo)

Empédocles de Agrigento consideraba, por ejemplo, que el movimiento de la sangre era un ir y venir
análogo al de las mareas. Se creía, además, que la sangre venial (de color rojo oscuro) y la arterial (de color rojo vivo) poseían funciones diferentes Aunque hasta el Renacimiento no se sospechase que la sangre es bombeada por el corazón al resto del cuerpo, esta idea ya existía en China 2.000 años antes
de Cristo. «La sangre fluye constantemente y nunca se detiene... No puede hacer otra cosa que fluir constantemente como un río, o el sol y la luna en sus órbitas. Se puede comparar a un círculo sin principio ni fin», recoge el Nei Ching, canon clásico de medicina interna atribuido al Emperador Amarillo, Huang Ti. El retraso en nuestra cultura posiblemente obedezca a que la teoría galénica encontró un fuerte apoyo en las tradiciones religiosas del cristianismo y del islam, consolidándose como la explicación canónica de la fisiología corporal e impidiendo el éxito de otras explicaciones.

el movimiento que sigue la sangre en el cuerpo no se ciñe a un círculo, sino a dos circulaciones o círculos
La primera en descubrirse fue la que denominamos circulación menor, es decir, la que va del corazón
derecho al corazón izquierdo pasando a través de los pulmones. Su descubrimiento fue realizado por un aragonés (condenado por la inquisición)

El médico inglés William Harvey (1578-1657) ha pasado a la historia como el descubridor de la circulación de la sangre, lo que se recoge en uno de los textos más importantes de la historia de la ciencia, Exercitatio Anatomica de Motu Cordis et Sanguinis in Animalibus (Estudio anatómico
sobre el movimiento del corazón y de la sangre en los animales) (esto fue un cambio de paradigma científico) «la sangre se mueve dentro del cuerpo del animal en un círculo continuo, y que la acción o función del corazón es producir dicho bombeo; ésta es la única razón del movimiento y latido del corazón»

3. El corazón como bomba (paradigma maquinal del corazón)
idea del corazón como bomba fue auténticamente revolucionaria en su momento
Según Descartes, no era para menos: si un órgano de la importancia del corazón no era sino una bomba, si toda persona portaba en su interior un ingenio mecánico en el mismísimo lugar donde residía lo más excelso del ser humano, ¿no habría entonces que cuestionarse si la condición humana no sería análoga a la de autómatas mecánicos que, con creciente verosimilitud, eran utilizados en la ópera y en otros divertimentos de la época?
Así pues, con Harvey y Descartes se abandona el corazón como morada del alma y de lo más excelso, y se inicia el paradigma maquinal del corazón actual.

las oscilaciones de la presión arterial con los latidos del corazón
Pero fueron Carl Ludwig y Adolph Fick —uno de sus más brillantes alumnos en Leipzig (Alemania)—, quienes realizaron un progreso fenomenal en el papel del corazón como bomba

Otro discípulo de Carl Ludwig, Otto Frank, realizó grandes avances al desarrollar un concepto de bomba aplicable a un órgano constituido por músculo, es decir, sin paredes rígidas como las bombas mecánicas. Su trabajo, complementado por el del fisiólogo inglés Ernest Starling, permitió relacionar la capacidad contráctil del corazón y su consumo de oxígeno con el llenado de las cámaras cardíacas. . En
la actualidad se hace cotidianamente uso de la ley de Frank-Starling para tratar a pacientes que presentan un deterioro importante de la capacidad de bomba del corazón (por ejemplo, tras un infarto de miocardio extenso), optimizando el funcionamiento de este órgano al ajustar el grado de llenado del sistema vascular con fluidos

Pero si ésta es la función primordial del corazón, ¿cuál es el mecanismo que regula su actividad de bombeo?

4. Un órgano eléctrico
Uno de los aspectos más intrigantes para todo el que se inicia en la fisiología del corazón es el papel que desempeña la electricidad en su funcionamiento. Muchos términos utilizados en la cardiología incluyen el prefijo electro-.
El descubrimiento de que tras el automatismo y la contracción cardíaca subyacía la capacidad de las células de este músculo para generar y conducir impulsos eléctricos se produjo tras bastantes investigaciones.

Las primeras, como muchas otras en la medicina, tuvieron lugar en circunstancias sórdidas, como las del médico francés Nysten, que realizó experimentos de estimulación eléctrica en el corazón de un convicto decapitado en la guillotina; publicó sus observaciones en 1802

Pero, sin duda, el paso con mayor relevancia clínica en el estudio eléctrico del corazón lo dio Willem Einthoven, médico holandés que logró amplificar y registrar el impulso eléctrico del corazón a partir de electrodos situados en las extremidades del paciente. El aparato en cuestión no tenía nada que ver con los modernos electrocardiógrafos: el paciente había de introducir sus pies y manos en calderos con agua salada que actuaban de electrodos, conectados a su vez a un aparatoso y complicadísimo dispositivo.
Con la invención del electrocardiograma, Einthoven sentó además las bases para una nueva especialidad: la cardiología
El estudio del trazado electrocardiográfico comenzó a desvelar sus modificaciones con relación al
crecimiento e hipertrofia (aumento del volumen) de las distintas cámaras cardíacas, la presencia de arritmias o defectos de conducción del impulso eléctrico del corazón, la existencia de zonas con riego sanguíneo deficiente y la inflamación propia de la pericarditis.
Fascinados con la posibilidad de obtener registros, varias generaciones de cardiólogos desarrollaron dispositivos que representaban de forma gráfica los vectores de despolarización eléctrica
(vectocardiograma), los sonidos del corazón (fonocardiograma) o incluso los mínimos desplazamientos de una cama de muelles producidos por la contracción cardíaca (sismocardiograma)
(la posibilidad del registro)

Albert Hyman fue el médico estadounidense que lograría llevar a la práctica los hallazgos anteriores, desarrollando en 1930 el primer marcapasos: un dispositivo que funcionaba mediante un mecanismo de cuerda y que debía ser recargado accionando una manivela cada seis minutos.

. En los años ochenta la electricidad pasó a tener un nuevo papel terapéutico en las enfermedades
cardíacas. Administrada a través de catéteres especiales y en forma de radiofrecuencia, la energía podía ser utilizada para realizar la ablación de arritmias cardíacas. Este hecho transformó radicalmente una subespecialidad cardiológica, la electrofisiología, que se convirtió en una disciplina terapéutica con un enorme éxito en el tratamiento (e incluso curación) de numerosas arritmias

Salvo dudosas descripciones recogidas en documentos del antiguo Egipto, relativas a los hallazgos durante la momificación de los cadáveres, sólo a partir del siglo xvii comienzan a describirse hallazgos como las
petrificaciones de las arterias, descritas por Bellini, y que se corresponden con probabilidad con placas de ateroma calcificado.

Uno de los medicamentos más utilizados para controlarla, la nitroglicerina, entró en la farmacopea tras
observarse que los trabajadores de las fábricas de dinamita que presentaban angina experimentaban una mejoría al amasar con sus manos desnudas la nitroglicerina con tierra de diatomeas

Pero, volviendo al comienzo de este apartado, también podría decirse que el siglo xx ha sido un siglo de infarto porque en él se ha producido un incremento casi epidémico de la enfermedad coronaria, y que ha aparecido paralelamente al desarrollo económico en los países industrializados

5. El cuerpo transparente

vencer el espesor del cuerpo, hacerlo transparente a la mirada del médico, disponer de la tecnología que permita que, efectivamente, le echen a uno un vistazo. Esto hace referencia, naturalmente, al desarrollo de las técnicas de imagen
El primer gran hito que venció la opacidad del cuerpo fue el desarrollo de los rayos X por el alemán
Wilhelm Röntgen
«vio lo que no está hecho para ser visto para el hombre y que nunca hubiera creído que pudiera ver: miró dentro de su propia tumba» (Thomas mann)

La cardiología reconoce como pionero en este ámbito al médico alemán Werner Forssmann. El joven Forssmann, animado por los hallazgos que realizó en la autopsia de un paciente a
quien había tratado de salvar in extremis, convencido de la utilidad del tratamiento que había realizado, introdujo en una de sus propias venas del brazo un catéter urológico y lo avanzó en su cuerpo la distancia que creyó necesaria para llegar hasta su corazón. Acto seguido, caminó hasta el cercano departamento de radiología para que se le realizase una radiografía de tórax, documentando por primera vez un cateterismo cardíaco: Forssmann había llevado el catéter hasta la aurícula derecha de su propio corazón
El paso definitivo para la evolución de la técnica fue el empleo de la cinematografía, necesaria para poder
valorar unas arterias que se mueven rápidamente durante el ciclo cardíaco. durante años las tomas
cinematográficas se almacenaron en rollos de película con formato de 35 mm, el mismo utilizado en el cine. Desde el advenimiento de la tecnología digital, se almacenan en CD-ROM u otros soportes de memoria

Los primeros sistemas de ecocardiografía permitían inicialmente obtener lo que habría
que llamar más señales que imágenes: puntos de luz en la pantalla que se correspondían con los ecos que se producían cuando un único haz de ultrasonidos atravesaba el tórax, y que sólo podían interpretarse conjugándolos con una acertadísima representación mental de la anatomía cardíaca por parte del cardiólogo.

La cirugía y el trasplante cardíacos
En el año 1969 se produjeron los dos hitos científicos con mayor repercusión mediática y social de la historia: la llegada del hombre a la Luna y la realización del primer trasplante cardíaco. Su nombre era Christian Barnard, y practicó el trasplante en Ciudad del Cabo (Sudáfrica).

La recepción social de la cirugía cardíaca encuentra apoyo en la idea anteriormente expuesta de que el corazón es un órganomáquina, una bomba cuyos desarreglos habrán de requerir, consecuentemente, soluciones técnicas y reparaciones

A pesar de la repercusión mediática del trasplante de corazón, la intervención que se realizaría a un mayor
número de pacientes cardíacos estaba aún por llegar. Su desarrollo vino de la mano de un cirujano argentino, René Favaloro. Su objeto era proporcionar aporte sanguíneo a zonas del corazón irrigadas por arterias coronarias con estrechamientos. ara ello, Favaloro utilizó segmentos de vena safena extraída de la pierna del propio paciente, que servían de conductos o puentes hemodinámicos desde la arteria aorta hasta la coronaria afecta; salvaría así el tramo dañado.











UNA MIRADA A LA HISTORIA DE LA CARDIOLOGÍA. LOS FRESCOS DE DIEGO RIVERA EN EL INSTITUTO NACIONAL DE CARDIOLOGÍA

La primera mitad del siglo veinte vio el nacimiento en nuestro
país del movimiento de los muralistas que, en el ámbito posrevolucionario, se erigió como un testimonio de alabanza al progreso

Una de las áreas que más interés despertó en los muralistas fue la medicina. No sólo representaba una ciencia en constante evolución, sino que además tenía un importantísimo componente social e ideológico como derecho fundamental del ser humano del nuevo siglo. Los murales de Rivera en la Secretaría de Salud y los de Siqueiros en el Hospital de la Raza y el Centro Médico Nacional son una muestra de la admiración y el respeto
que los muralistas sentían por la ciencia médica.

en 1944 el doctor Ignacio Chávez pensó en Diego Rivera para decorar el vestíbulo del auditorio del recién construido Instituto Nacional de
Cardiología de la Ciudad de México

El primer mural está dedicado a los anatomistas, los fisiólogos, los patólogos y los clínicos que lograron definir la estructura del corazón y del sistema circulatorio. Está iluminado por el fuego que surge de la pira de la izquierda, en la cual arde un condenado. Miguel Servet, el primero en describir la circulación pulmonar y en proponer que la “aireación” de la sangre se llevaba a cabo en los pulmones (aunque algunos autores afirman que este mérito le corresponde a Ibn al Nafis, un médico árabe que vivió tres siglos antes de Servet). Servet fue condenado a muerte en 1553 por los calvinistas, pero no por sus revolucionarios descubrimientos médicos, sino por sus escritos teológicos, entre los que destacan De trinitatis erroribus y Christianismi restitutio

En la base del mural se encuentra un busto de piedra que representa a Galeno de Pérgamo, el médico
más importante de la Antigüedad ( dos siglos antes de Cristo). , él fue el primero en demostrar que los
vasos sanguíneos estaban llenos de sangre y que el origen de ésta era el corazón

En la esquina inferior derecha del fresco se encuentran tres de los anatomistas que más ayudaron a describir la estructura cardiaca
Andreas Vesalio, padre de la anatomía descriptiva gracias a su obra magna De humanis corporis fabrica (1543)
Marcelo Malpighi, el más importante de los anatomistas del siglo XVII y padre de la histología
Raymond Vieussens, un médico francés de Montpellier que en su libro Traité nouveau de la structure et des causes du mouvement naturel du coeur describió la circulación coronaria y realizó importantes conjeturas sobre la composición de la sangre

Flanqueando al busto de Galeno se encuentran dos fisiólogos que, junto con Servet, ayudaron a describir la circulación de la sangre: a la derecha el italiano Andreas Cesalpino y a la izquierda el inglés William Harvey (ver recuadro verde)
El último en este grupo de anatomistas y fisiólogos es Giovanni Battista Morgagni

Los dos primeros personajes de este grupo examinan a una mujer de cabellera rubia. Uno de ellos, sentado, coloca las manos sobre su pecho. No es otro que Joseph Leopold Auenbrugger, quien ideó por primera vez el método de la percusión para detectar la densidad de los diferentes tejidos al observar a los productores de vino hacer lo mismo con sus barriles
Junto a él se encuentra Jean Nicolas Corvisart, famoso clínico francés del siglo XVIII que divulgó las enseñanzas de Auenbrugger y describió la diferencia entre la hipertrofia y la dilatación del corazón. (Corvisart fue, además, el médico personal del emperador Napoleón Bonaparte)

A la izquierda de ambos, el joven médico francés René Laennec acerca su invento, el estetoscopio, al pecho de un paciente. Laennec inventó esta herramienta médica imprescindible al realizar un cucurucho de papel para escuchar el corazón de una paciente a la cual le avergonzaba que le colocara su oído directamente sobre el seno
Los últimos dos médicos de este grupo, Joseph Skoda y Jean Baptiste Bouillaud se destacaron por su participación en la enseñanza de la medicina

En la parte superior del primer mural Rivera agrupó a los hombres que ayudaron, a principios del siglo XX, a construir el mapa eléctrico del corazón. De izquierda a derecha vemos primero a Ludwig Aschoff (realizando la disección de un corazón) y a Sunao Tawara (de espaldas al espectador), que describieron y caracterizaron las vías de comunicación eléctrica entre las aurículas y los ventrículos

Les siguen dos hombres que trabajan con un microscopio: son Arthur Keith y William Flack, descubridores del nodo sinoauricular, marcapasos del corazón, que hoy en día lleva su nombre

Los dos últimos investigadores son Wilhelm His, que muestra a sus alumnos el haz de conducción eléctrica que él descubrió en el tabique cardiaco, y Ev Purkinje, el primero en observar la red conductora terminal en el músculo ventricula

2do mural

A diferencia del primer mural, el segundo está iluminado por el azulado brillo de la luz eléctrica que baña los aparatos de los investigadores. En este mural Rivera representó a los pensadores que usaron la farmacología, la radiología y la electricidad


Es muy interesante apreciar cómo a través de ambos murales Rivera enfatiza la vocación docente de la medicina y su misión como creadora de conocimientos, rodeando a los personajes de estudiantes de todas las razas y nacionalidades,
(qué me interesa de todo esto, la razón y la utopía, el desafío de los límites del conocimiento, procedimiento de verdad, un avance fundamental para la humanidad, científico y la utopía)

En la esquina inferior izquierda del mural, Rivera colocó a aquellos investigadores que ayudaron al descubrimiento y la interpretación de la presión arterial.
El primero es el reverendo inglés Stephen Hales, (tubo de vidrio)
Karl von Basch, colocado arriba y a la derecha de Hales, inventó el esfigmomanómetro aneroide cuyo diseño general subsiste hasta nuestros días
Arriba y a la izquierda de Von Basch está Victor Pachon, famoso médico francés e inventor del método osciloscópico para medir la presión arterial
En el siguiente peldaño del mural se encuentra Carl Ludwig, fisiólogo alemán del siglo XIX e inventor del quimiógrafo, primer aparato utilizado en los laboratorios para realizar registros y representado junto a él en el mural
Junto a él se encuentra Etienne Jules Marey, fisiólogo apasionado con el movimiento del cuerpo humano y en especial del corazón,
quien mejoró y refinó el uso del esfigmomanómetro, el miógrafo, el cardiógrafo y el neumógrafo

Completan el grupo, directamente por encima de Marey, Sir James Mackenzie y Karl Wenckebach, estudiosos de las arritmias y autores de la primera descripción de la fibrilación auricular y del bloqueo de conducción auriculoventricular, respectivamente







Todo empezó con un tubo de papel.
Estetoscopios modernos: 200 años en la fabricación.

En 1816, el médico francés René Laennec inventó el primer estetoscopio usando un tubo de papel largo, enrollado para canalizar el sonido del pecho del paciente a la oreja. Las versiones varían sobre exactamente cómo Laennec creó su invención, pero estaba claro desde el principio que las propiedades acústicas del tubo mejoraron en gran medida la capacidad de Laennec de oír los sonidos vitales del corazón y de los pulmones. Laennec acuñó el nombre de "estetoscopio" a partir de dos palabras griegas: stethos (pecho) y skopein (para ver u observar). También llamó a su método de uso del estetoscopio "auscultación"de "auscultare" (escuchar).

Veinticinco años más tarde, George P. Camman de Nueva York, desarrolló el primer estetoscopio con un audífono para cada oído. Este diseño sería utilizado durante más de 100 años, con muy pocas modificaciones.

Avance acústico.

No fue hasta la década de 1960 que el Dr. David Littmann, profesor de la Escuela de Medicina de Harvard, distinguido cardiólogo y autoridad internacional reconocida en el electrocardiograma, patentó un nuevo estetoscopio revolucionario con muy mejorado rendimiento acústico. Él ayudó a transformar un dispositivo de escucha simple en una poderosa herramienta de diagnóstico. 3M adquirió el negocio del estetoscopio del Dr. Littmann unos años más tarde y continuó mejorando y perfeccionando sus diseños.

Mantener la relevancia en la medicina del siglo XXI.

Hoy en día, los estetoscopios 3M™ Littmann son los instrumentos de diagnóstico que millones de profesionales médicos de todo el mundo utilizan y en los que dependen cada día. Los médicos que toman el tiempo para aprender y practicar la auscultación son recompensados ​​con una habilidad valiosa que les ayuda rápidamente a evaluar, diagnosticar y vigilar a sus pacientes.

Los estetoscopios son también una forma importante en la que los médicos hacen el primer contacto con sus pacientes. El uso de un estetoscopio da un médico o a una enfermera permiso para "tocar" a un paciente sin llegar realmente a tocarse. Esto ayuda a romper el hielo, a aliviar la aprensión, y a establecer una conexión y relación. El primer uso de un estetoscopio hace que los pacientes sientan que están siendo tratados de manera correcta.

Numerosas innovaciones de 3M tales como los diafragmas ajustables, los dispositivos de Reducción de Ruido Ambiental, y la conectividad del estetoscopio con Bluetooth®, han extendido las capacidades de los estetoscopios Littmann mucho más allá de los sueños más salvajes de Laennec (y quizá del Dr. Littmann). Los estetoscopios Littmann se han convertido en el estándar de oro por el cual todos los otros estetoscopios son juzgados. La marca que ofrece una acústica excelente, un diseño innovador y un rendimiento excepcional
Un kimógrafo o quimógrafo (del griego κῦμα, kyma: onda + γραφή, grafion: escritura), es un dispositivo que dibuja una representación gráfica de la posición espacial a lo largo del tiempo. Consiste en un tambor giratorio mecanizado envuelto con una hoja de papel, sobre la cual se mueve un estilo que registra los cambios en fenómenos como la presión arterial, el movimiento muscular, la actividad nerviosa y la respiración.
El kimógrafo tiene la capacidad de registrar, para luego poder cuantificar y estudiar los cambios temporales en los fenómenos fisiológicos y la interacción entre ellos. Durante un siglo, fue tecnología de punta en instrumentos de medición en biología.
Tengo una imagen de mi abuela materna
Creo, más bien, que son imágenes de una película que nunca filmaré
Algo así:

Celina es una figura tan cálida como lejana. ¡Qué paradójico! Pero no. Escribir o pronunciar su nombre ya me produce una extraña calidez, un tibio roce en mis oídos que me dirige directamente a mi infancia.
Tengo un sinfín de imágenes de ella, pero por esta misma sensación, al recordarlas, se me vuelven poco nítidas, algo borroneadas. Hay algo en ese recuerdo, sin embargo, que se me vuelve una inquietud ingobernable de poder suspenderlo y explorarlo hasta en sus más ínfimos detalles, en todo lo que tiene de material.
Hasta mis trece años, fue una presencia constante. Mi abuela materna, amorosa y cándida, luminosa, de un andar pausado y algo cansino. Tenía esos enormes anteojos, de carey, creo, y vestía como una señora que quería pasar desapercibida, uno de sus grandes virtudes.
Me dijeron que fue maestra o docente. Yo nunca se lo pregunté, porque cuando era niño nunca se me ocurrió preguntar por la profesión de mis abuelos, a menos que tuviera algún sentido para esos años de la niñez. Como mi abuelo paterno, que era empleado bancario y alguna vez tuvo un citroen muy antiguo. Y eso es todo lo que sé de ellos, de sus vidas. Hasta que murieron a fines de los noventa, sin llegar a conocer el nuevo siglo.

Mi abuela murió un 24 de marzo.

Desde entonces, tengo una profunda intuición sobre ellos, específicamente, sobre mi abuela: no se muy bien por qué, pero siento que me reconozco en algo de ella, en algo de lo que hizo en su vida y de lo que llegó a ser. Rápidamente podría decir que en su condición docente, pero creo que va más allá de eso. Creo que hay algo que se me escapa de lo que he vivido con ella o de lo que me han transmitió y forma parte de mi sensibilidad.
Esta película es un intento de recuperar ese resto de la memoria.

Celina

La espera

1.
Celina (65) toma sol en una pileta grande dentro de una quinta en el gran buenos aires.
Usa una malla entera floreada y unos anteojos grandes, marrones y traslucidos.
Es un día soleado y caluroso. Enero 1989.
Tiene la radio encendida
En la pileta, se refresca Ariel (10). Nada, se sumerge y patalea. Se acerca al borde y la mira a Celina. No hay nadie más que ella.
2.
El teléfono suena. Ariel corre, chorreando agua, e ingresa a la casa. Descuelga
Su madre, en el teléfono, le avisa que tampoco podrá ir ese fin de semana. Ariel se siente frágil.

La cartografía
Dimensionar la quinta
(juegos que impliquen ternura pero, a la vez, distancia. Lo manda a contar los metros de la quinta con pasos. Una primera explicación y luego lo deja solo)

Las amigas





Camilo nació un 14 de septiembre, casi cuatro años después de esa muerte efímera